lunes, 22 de octubre de 2012

Resaca electoral parte I: Galicia




La nota negativa, por encima de culaquier otra, es la alta abstención en estos comicios. La abstención perjudica a todos los ciudadanos. A los partidos también, pero aquí hablamos de las personas. Nadie vive al margen de las situaciones políticas que se toman. Cuando se hace una reforma del Estatuto de los Trabajadores para facilitar los ERE, para bajar la indemnización por despido improcedente o para facilitar que los despidos sean por causas objetivas y no improcedentes, eso es una reforma que se ejecuta políticamente. Eso es algo que ha afectado a todos, incluso a los que no votaron. Cuando Feijóo suprime la gratuidad de los libros de texto o ejecuta recortes a los funcionarios, quienes se quedaron con una manta echada por encima en el día de ayer sufren estas consecuencias, y todas las que están por venir.

La segunda nota negativa es la inexplicable reválida electoral del PP. 41 escaños, 3 más. Pero con menos votos por la abstención y una injusta ley electoral que les premia mientras castiga la tripartición del voto de la izquierda y la falsa izquierda. O en Galicia los recortes no se hacen sentir, o realmente piensan que porque Rajoy sea gallego ellos están más a salvo de sus tijeras, o les parece bien la línea liberal a ultranza que predica el PP. Se ha demostrado que la derecha y la derecha oculta de este país no son capaces de hacer una sana crítica. Ahí tenían a Mario Conde, dispuesto a ser la versión masculina de Rosa Díez, a ponerse de transversal y salvador de la patria para capitalizar el voto de la derecha descontenta y de los descontentos que van dando bandazos entre PP y PSOE. Esos que en la raya ficticia que separa la izquierda de la derecha pueden pasar de un lado a otro sin despeinarse, cuando como ya dije tienen pie y medio puesto en la derecha.

En tercer lugar, hay que remarcar el desplome del PsdeG, con un programa electoral irrelevante, oposición pura y simple, alternativa a tener más de lo mismo, pero edulcorado de algún matiz social. Pero no hay que preocuparse. Ellos siguen a lo suyo: combatir el desapego electoral con más moderación de esa que les ha convertido en los nuevos Judas de la izquierda de cara a buena parte de la ciudadanía (como por ejemplo para mí). A seguir haciendo una oposición útil. Es decir, a no combatir en las tribunas y en las calles las políticas del PP porque si no los mercados se enfadan. A seguir aplaudiendo un Rubalcaba que nadie sabe ni sabrá cómo consiguió trepar hasta donde está. Pero eso ya no es cosa mía. Los autores del blog ya salimos escaldados de la doctrina PSOE. Es que están quemadas las siglas; las políticas y las personas no (eso es lo que dicen). Que sigan ejecutando la comedia-teatro-farsa mientras se hunden. No hay más ciego que el que no quiere ver.

Al menos sí hay una nota positiva. Ahora toma fuerza una izquierda real. Nueve escaños para la Alternativa Galega (EU-Anova), que han llegado hasta esa marca nada desdeñable con una coalición encabezada por un líder carismático y un mensaje político que se ha hecho llegar a todas las rúas. Un frente popular de izquierda real ha conseguido abrirse camino entre la falsa izquierda y el Bloque Nacionalista Galego, del que hay que reconocer ante todo su solvencia y alternatividad. En las tribunas y en las calles de Galicia, por fin hay un frente con la suficiente fuerza como para alzar su voz y que ésta se haga oír.

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