En este nuevo artículo de
este blog libre de cadenas os voy a plantear, dentro de mis conocimientos de la
situación actual de la realidad, la utilidad que presentan los rescates como
política económica de solución a la crisis.
Plantearé el tema desde un
punto de vista ameno para el lector, ya que es de esta forma, como yo he
conseguido entender la actual situación económica de crisis. En primer lugar,
no me gustaría entrar en la crítica sin antes hacer una exposición de porque
nos encontramos en esta situación de ahogo continuo.
Como bien todos sabremos la
actual crisis económica fue producido en aquellas fieles territorio del libre
mercado y del “laissez faire”, en concreto en el banco Lehman Brothers.
Este
banco quebró debido a la utilización de un mecanismo financiero, este mecanismo
se basaba en el aumento falseado de la liquidez para aparentar que tenían
dinero suficiente para seguir prestando, y os preguntareis, ¿cómo hacían esto?,
pues bien, empezaré diciendo que los bancos tienen un límite a partir del cual
ya no pueden prestar-imaginemos que ese límite se encuentra en el 60% y el
resto deben guardarlo en el fondo de reserva- más dinero, para solventar este
bache los bancos decidieron vender los derechos reales de garantía(Hipotecas,
créditos, etc.) que tenían debido al dinero prestado, pero como había créditos
e hipotecas de dudoso cobro, se inventaron “los
paquetes”, en estos paquetes se encontraban tanto hipotecas y créditos de
confianza como aquellos de muy dudoso cobro. Estos paquetes fueron los
causantes de la burbuja inmobiliaria, debido a que con el dinero que los bancos
obtenían por la venta de los paquetes podían seguir prestando dinero, y de esta
forma entra en un círculo vicioso que provocó la burbuja inmobiliaria y el
estallido de la crisis mundial.
Tras
el estallido de la crisis mundial el flujo económico se paralizó y los
gobiernos se vieron avocados a lanzar planes de estimulo de la
economía-teníamos que acudir a enmendar el desajuste y la injusticia social del
capitalismo- que perseguían el estimulo de la economía, pero para sorpresa de
los gobiernos, estos planes no surtieron efecto. Que estos planes no surtieran
efecto tuvo un problema y es que la deuda pública se disparó, conduciéndonos a
la situación en la que actualmente nos encontramos, una época de recortes a la
justicia social que tanto costó conseguir a nuestros padres.
Después
de haber introducido la consecuencia de la situación actual, valoraremos las
políticas que actualmente ponen en práctica tanto los gobiernos de derechas
como los gobiernos socialdemócratas.
Estos
gobiernos pretenden que la solución a la crisis sea únicamente la reducción del
gasto público, ocasionando esta obsesión por el déficit la disminución del
flujo económico y por tanto la decadencia y recepción de los países que
implantan estas medidas, que tienen como único fin el pago de la deuda de los
bancos alemanes y no el bienestar social que nos intentan vender desde los
medios de comunicación neoliberales a diario.
La
prueba de la ineficacia de estas políticas de rescate y de control del déficit
son esos países que las sufren con mayor fuerza-estos países son Grecia,
Portugal e Irlanda-, en estos países los recortes impuestos solo han servido
para fomentar la pobreza de sus ciudadanos y la caída del PIB del país, debido
a que las políticas de déficit público solo tienen un fin: El pago de la deuda
a los acreedores, y repito, no el interés general del pueblo del país
rescatado.
Si
continuamos con las políticas salvajes de control del déficit, los estados se
adentraran en un recorte sin fin, que llevará a las poblaciones de esos países
a situaciones desesperadas, que es mejor no imaginar, pero también decir que ya
no es necesario imaginarlas, basta con que des un paseo por la calle para
percibir el malestar de la población y la situación tan extrema de pobreza que
viven determinados conciudadanos nuestros.
Por
ello desde este blog, pido que se produzca un cambio en la forma de llevar a
cabo las políticas contra la crisis y que el fin de toda política no sea el
pago a los bancos acreedores, sino que el destino de la política sea: EL
BIENESTAR DEL CIUDADANO. De esta forma centrando el fin en este objetivo,
conseguiremos que la crisis la paguen aquellos que la han disfrutado, y que el
dinero que han conseguido a partir de la especulación y de jugar con el futuro
de la humanidad sea destinado para conseguir un reparto equitativo de la
riqueza.
Y
de nuevo, gracias por vuestro tiempo.
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