lunes, 25 de febrero de 2013

Unión Populismo y Demagogia: entre la rosacracia y el fascismo





UPyD recoge varios lustros después el guante de Adolfo Suárez cuando decía que más valía que se hablara mal de uno, pero que se hablara. Esta parece ser la máxima que inspira el soplo de aire nuevo en la defenestrable tarea de la redegeneración democrática (es decir, la insistencia y persistencia en la labor de acabar de saturar de despropósitos el desvencijado borrón que queda de algo que alguna vez se pareció a una democracia).



Una señora de talante impertinente y voz irritante se sacó de su más que quincuagenaria axila un partido magenta y “transversal” a escasos meses de las elecciones generales de 2008. Rosita tuvo entonces una iluminación (¿Sería José Antonio desde el más allá?), y tras echar con cierta felicidad y enjundiosos cargos 30 años en el P.S.O.E. (cuyas siglas no significan más que “pé, ese, o, e”), decidió que estar marginada en el Parlamento Europeo -donde los eurodiputados van, fichan, se salen y por último cobran como si hubiesen trabajado- no era sino un insulto a la sublimidad de sus cualidades políticas regeneratorias. Es así como buscando un club de desafectos de otros partidos e intelectuales de no segundo, sino ulterior grado, montó su propio partidito: EPDRD (El Partido De Rosa Díez). Durante la legislatura en que se estrenó como regeneradora de la democracia, y no como mera partícipe de la degeneración democrática causada por el bipartidismo, Rosita ya hizo unas prácticas del populismo y la demagogia que le sirvieron para hacerse notar entre aquellas personas que “no son ni de izquierdas ni de derechas”, que le tienen miedo a la izquierda y que piensan que la memoria histórica es remover un pasado felizmente olvidado y dejado atrás. No obstante, todavía el espectro político de esta formación estaba superado a la derecha por el PP. Tuvieron que llegar las elecciones de 2011 para que EPDRD obtuviera 5 escaños: 4 por la fascistizada circunscripción de Madrid, y otro por la no menos escorada a la derecha provincia de Valencia, que recayó en el Ilustrísimo Sr. D. Antonio Cantó García del Moral (el im… de Toni Cantó, vamos).



Desde 2011, Rosa Díez, Cantó, Álvaro Pombo y otros líderes de la nueva falange española se han dedicado a soltar auténticas barbaridades por sus soeces bocas, por el mero afán de hacerse notar.



Albert Boadella: “Falta nacionalismo español. Al menos, una letra para el himno. A mí me gusta el ‘Cara al Sol’. Ojalá acabe siendo el himno español, letra incluida. Sería perfecto”. Ahí, dando alas a Ynestrillas –reconocido falangista- para que se identifique con UPyD.


Rosa Díez: "Las definiciones clásicas de derecha e izquierda se han quedado obsoletas y suelen esconder la nada o el dogmatismo.". Evidentemente, a la señora no le interesa hablar de izquierdas ni derechas porque para ella cuentan todos los votos (si a mí me votase alguien de derechas, yo me preocuparía, y mucho), y todo el mundo es susceptible de ser engañado ante los gritos populistas de la señora Díez.

“Bildu está en las instituciones vascas y navarras. Amaiur está aquí. Contra Bildu hubo un recurso ante el Tribunal Supremo. El Tribunal Supremo no permitió que se presentara; el Tribunal Constitucional, sí. Contra Amaiur no hubo nada. Les dejaron entrar sin ningún tipo de recurso ni de apelación. Y luego cambiamos la ley y en la reforma de la Loreg establecimos un criterio: incluso cuando estén dentro, si se dan las circunstancias de que se demuestra que hay una relación personal y política entre ellos y un partido ilegalizado por formar parte de ETA, se puede actuar. Pues yo les quiero dar algunos ejemplos que demuestran que ya se dan esas circunstancias. En el caso de Bildu el Tribunal Constitucional lo dice en su sentencia: No encuentro pruebas, pero si se dieran después la ley permite actuar. Yo les voy a tratar de demostrar que se han dado esas circunstancias, que hay pruebas de relación y que por tanto cabe que el Gobierno actúe. “ (Rosita, en una moción de su grupo intentando ilegalizar BILDU / AMAIUR, todo un ejemplo de respeto a los que se sienten más vascos que otra cosa.)


Antonio Cantó:“Ni los toros ni el resto de los animales tienen dos de los que son nuestros derechos fundamentales: el derecho a la libertad y el derecho a la vida”, sobre una ILP para declarar la tauromaquia como BIC. Digo yo ¿entonces, qué razón de ser tienen los artículos 337 y 632.2 del Código Penal? Aún los que se agarran al clavo ardiendo de que esos artículos no hablan de derecho a la vida de los animales, ninguno me responde por qué se sobreentiende que las personas tienen derecho a la vida y no nos lo tiene que recordar el código penal al tipificar el homicidio y el homicidio cualificado (asesinato). Ya cuando el Sr. Cantó se pone a comparar el sacrificio de una gallina en un matadero cuando es para comérsela con matar a un toro en la plaza por espectáculo, es sencillamente demencial. Un discurso sólo a la altura de personas con afán de pan, mucho fútbol y muchos toros; nada más. 



“La mayor parte de las denuncias por violencia de género son falsas. Y los fiscales no las persiguen. Las estadísticas son sesgadas”, dijo el día 25 de febrero el Sr. Cantó. Acusaba no sólo de la falsedad de las denuncias, sino de que el Estado ingresase dinero por la cantidad de denuncias. Un insulto a las mujeres víctimas de la violencia de género. Todo un ejemplo de democracia. Y es que, pese a todo, el programa electoral de UPyD tenía en un punto la supresión de los Juzgados de Violencia sobre la mujer, como si esto fuese un despilfarro de dinero, y no la necesaria especialización de una serie de tribunales en unos asuntos concretos que son una lacra con la que URGE acabar. 




Con estas pocas citas de redegeneradores de UPyD, creo que queda meridianamente clara la posibilidad de regenerar una democracia que nunca se terminó de generar. Su máxima aspiración, romper el bipartidismo –que no niego que sea nefasto-. ¿Para qué? Para colocarse ellos en el lugar que ocupan a día de hoy dos muertos en vida, carcomidos por la corrupción; pero no con ánimo de regenerar absolutamente nada, sino con el espíritu de seguir ahondando en un sistema que se ha mostrado a todas luces inútil. Con el objetivo de volver a rescatar el nacionalismo central más rancio que se haya visto en el pasado siglo. Con el fin de hacer de quienes ponen sobre la mesa el derecho a decidir unos terroristas por obra y gracia de una soflama trasnochada de Rosa Díez.