viernes, 2 de noviembre de 2012

El olvidado agricultor




En esta nueva entrada voy a valorar la situación que atraviesan aquellas personas a las que a veces se les acusa de estar en el bar y que lo único que hacen es vivir a costa del Estado, todas estas acusaciones son infundadas, dado que provienen de aquellas personas, que quizás, jamás han portado una azada o una hoz, con la mención de estas herramientas podréis haber imaginado de que personas estoy hablando, pues me quiero referir: Al campesino, al jornalero… a todas esas personas que trabajan su vida con las manos y con la tierra, aquellos que permanecen en el olvido en la actualidad, pero que si te remontas al pasado, podemos observar que la gran mayoría de los lectores de esta entrada habéis tenido antepasados que se ganaron la vida de la tierra- tierra que en su gran parte estaba en manos de terratenientes explotadores del campesino-, y por otro lado, hoy en día hay personas, entre las que me incluyo, que sobreviven más que viven a través de la agricultura.

En el análisis de la situación actual del agricultor, no me gustaría empezar, sin antes aclarar eso que dicen que los agricultores se gastan las subvenciones en el bar, en primer lugar, este comentario es pura demagogia barata y rastrera, pues aquellos que la esputan de su boca no han pisado en su vida una producción agrícola y menos han sobrevivido gracias a la tierra. 

Estas difamaciones son realizadas por aquellos llamados neoliberales que solo tienen un fin: menoscabar a la clase obrera y campesina, creando a su alrededor una situación de menosprecio, por la cual se verán señalados por la sociedad. Por otro lado expondré la necesidad de estas ayudas, en virtud de que los jornaleros trabajan por temporadas y no tienen trabajo todo el año, además de que el jornal está valorado en unos 35€- o acaso podrían vivir esos demagogos todo un año con esa cantidad por un jornal, y encima trabajando un periodo del año-, por lo tanto estas ayudas son extremadamente necesarios para mantener un nivel de vida digno para los jornaleros y sus familias.

Tras haber aclarado el porqué de las ayudas a los jornaleros y agricultores, intentaré mostraros cual es la situación del agricultor.

En el sector de la tierra nos encontramos con el jornalero, que es aquella persona que trabaja en las tareas de la tierra por un jornal en la jornada de trabajo, es decir, que el día que no puedan ir a trabajar no obtendrá ningún sustento y si caen enfermos no pueden pedir la baja, y como consecuencia tampoco ingresaran nada. Es una situación de completa inestabilidad, expuesta a demasiados factores externos que no dependen del jornalero, por ello es necesario la protección y ayuda a estos sectores de la población que se esfuerzan cada día por su jornal y que tantas veces quedan impotentes debido a que se acabo la temporada de cosecha y como mal, su sustento vital.


En este sector primario también nos encontramos con el agricultor, que es aquella persona que tiene tierra en propiedad y que la explota individualmente. Este profesional del campo invierte parte de lo ganado en el año anterior en la siembra para la obtención de la plantación del año, por lo que la ganancia del año anterior queda mermada por la necesaria inversión en el año entrante, además de tener ya finiquitada parte de la ganancia del año en la multitud de productos fitosanitarios necesarios para el correcto desarrollo de la siembra y que esta no se pierda, llevando esta pérdida a la ruina del agricultor. Pero esta ruina no depende solo del cuidado contra plagas e ayuda para el correcto crecimiento de la plantación, sino que también depende de esos factores externos, entre los que podemos mencionar las heladas, las inundaciones, las sequías , estos problemas meteorológicos influyen en el agricultor, produciéndole situaciones de verdadera ansiedad, pues suponen la pérdida de un trabajo, que en ocasiones puede ser la esperanza para este en el año de cosecha.

Por último voy a hablar, de lo que a mi entender, es la mayor ruina para el agricultor, y es el momento en que estos llevan sus frutos a los mercados y se encuentran con los intermediarios- tradicionalmente llamados por los agricultores: “los compraores”, estas personas- usureras por naturaleza, se forran literalmente a costa del sacrificio de los agricultores, pagan a los agricultores una cantidad ínfima por sus frutos, que en la gran mayoría no cubren ni los costes de producción de los frutos. La solución para los agricultores, contra la usura de estas personas sin escrúpulos, es el establecimiento, por parte del Estado, de un precio mínimo que garantiza el sustento de los agricultores y de esta forma mejorar su calidad y de vida y además podrán invertir en la mejora de sus explotaciones agrícolas, incrementándose la producción y con ello la riqueza del país y de las zonas rurales.

Espero que esta entrada os haya acercado, o por lo menos sensibilizado, con un sector de la población que permanece inmerso en un crisis continúa.

Gracias por vuestra atención, de parte de un descendiente de agricultores y jornaleros.

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