En esta nueva entrada abordaré una problemática de nuestra sociedad, la cual ha sido una de las principales
causas-por no decir la primera causa- de la crisis que envuelve a la sociedad y
que está provocando una ruptura entre la sociedad y el sistema en el que
vivimos. La sociedad empieza a darse cuenta del mal patente y tangible que es el
capitalismo, también observa que la democracia que actualmente tenemos no es
una democracia real, sino que nos encontramos ante un sistema exhausto y que no
ha evolucionado junto con la sociedad. En esta entrada hablaré de los bancos,
esas empresas que se han beneficiado económicamente en la burbuja inmobiliaria
y que siguen enriqueciéndose a costa del dinero público que obtiene el Estado
con los impuestos de los ciudadanos.
Estas empresas se han beneficiado
gracias a la especulación a través de la burbuja inmobiliaria y con el engaño-
a través de complejos productos financieros elaborados por eso que llaman
ingeniería financiera- al ciudadano. A continuación expondré como los bancos
han comercializado esos productos financieros y los métodos que usaban en la
venta de estos productos.
Aquí hablaré de dos productos
financieros que están en el día a día de los medios de comunicación, estos son
las participaciones preferentes y los préstamos destinados a la compraventa de
casas, conocidos, comúnmente, como las hipotecas.
En el caso de las participaciones
preferentes los bancos las vendieron a personas que no poseían ningún
conocimiento financiero, se aprovecharon de la confianza que el ciudadano tenia
con el banco y el empleado de banca que habían tenido a lo largo de su vida-en
muchas ocasiones, sino la gran mayoría, estas personas eran ancianas-, añadir
también que en muchas ocasiones ni el propio empleado de la banca sabía que era
lo que estaba intentándole vender al cliente. Esta situación provocaba, sin
duda, falta de conocimiento por parte del cliente, ocasionando la nulidad del
contrato (el contrato es ilegal). Las entidades bancarias vendieron estos
productos financieros como si fueran una inversión seguro-esto es lo que un
trabajador quiere de un banco, pues no quiere perder el dinero que ha ahorrado
con el trabajo de toda su vida-, con esta forma de vender consiguen la
confianza del ciudadano, que acepta la inversión segura que le ofrecía el
banco. Pero, en realidad, los ciudadanos no estaban contratando una inversión
seguro, sino que adquirían acciones de distintas empresas, cuya inversión era
muy insegura, además estas acciones no otorgaban ningún derecho al titular de
ellas, pues eran participaciones preferentes.
Esta estafa que ha realizado todo
el grupo bancario de nuestro país ha propiciado uno de los grandes dramas
actuales de nuestra sociedad, provocando que la ciudadanía, en estos momentos
de crisis, no puedan recuperar su dinero al haberlo perdido, dinero que en
muchas ocasiones pretenden recuperar para ayudar a sus familiares que se han
quedado en paro por culpa de esta crisis provocada por esa enfermedad llamada
capitalismo.
En segundo lugar afrontaremos el
problema de las hipotecas, estas tienen su origen en préstamos que se otorgaban
a las personas para poder afrontar el pago de sus viviendas, el problema es que
estos préstamos se otorgaban sin controlar el riesgo con el que se concedían,
se confiaba en que el ciudadano siempre tendría nomina. Otro de los factores
que propiciado el problema es que la banca animaba el ciudadano a que aumentara
el crédito para que obtuviera el coche…, pero tras la llegada de la crisis esta
estructura de préstamo por nómina cayó, produciéndose una cadena de impagos,
debido a que la ciudadanía debe dejar de pagar el préstamo por subsistir y
mantener las condiciones de vida básicas.
El gran problema de esta
situación es, sin duda ninguna, el exceso de valoración que se le daba a las
viviendas a la hora de la conceción del préstamo, esta valoración era dada por
tasadoras- que en teoría eran independientes- pero que en realidad eran
propiedad de los bancos que concedían los préstamos, esto es una verdadera
inmoralidad que ha ocasionado que los trabajadores tengan que abandonar un
sueño para volver al pasado. El drama social de esto es el gran número de
embargos (desahucios) que existen en nuestro país, en concreto 510 embargos al
día, esto está llevando a dejar sin vivienda, que es un derecho que debería
pertenecer a la persona por el mero hecho de ser individuo, a cientos de miles
de familias en nuestro país.
Es hora de llevar a cabo un
cambio en la legislación que introduzca la dación en pago, esto es que con la
entrega de la vivienda quede saldada la deuda o que la subasta deba hacerse por
el valor que originó el préstamo y no por el valor de mercado actual. Debemos
habilitar las viviendas de los bancos nacionalizados como viviendas
sociales-totalmente gratuitas o con un precio simbólico- que alivien el
sufrimiento de las familias. No podemos permanecer ajenos ante esta situación,
no debemos permitir que los bancos y los neoliberales, sin ningún conocimiento
de lo que es la justicia social y los sentimientos, manipulen la vida de la
ciudadanía al interés de sus cuentas corrientes.
Una vez hecha la descripción de
cada producto financiero, creo que podemos responder a la pregunta: y la
respuesta que yo daría es jamás confiaría en un banco. ¿Qué respuesta darías
tú?
De nuevo, gracias por vuestro
tiempo.
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