jueves, 6 de diciembre de 2012

6 de Diciembre, no hubo nada que celebrar.




Ayer, 6 de diciembre, se "celebró" el 34 aniversario de la Constitución Española de 1978. No había nada que celebrar.

PREÁMBULO
La Nación española, deseando establece la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:

(La Nación española, que debería reconocerse como el Estado plurinacional que es de facto. Difícilmente parece querer proseguir en ese camino de establecer la justicia, cuando recientemente hemos sufrido gracias al Sr. D. Alberto Ruiz Gallardón un tasazo monumental que disuade del uso de los tribunales, y de ejercer el derecho a la tutela judicial efectiva a la clase trabajadora más modesta.

Promover el bien en uso de su soberanía es en estos momentos otra dosis de humor negro impagable, cuando nuestro gobierno está arrodillado y sumiso ante los dictados de la Troika y de la señora Merkel, de manera que nuestra pregonada soberanía en estos momentos no pasa de ser un mero formalismo).

Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.

(Nuestra democracia, esa que cada día se nos escamotea más. La que siempre se nos ha escamoteado con una ley electoral marcadamente injusta, y la que se nos niega cuando los dos grandes partidos, PP y PSOE, son capaces de ponerse de acuerdo para hacer una adenda en el artículo 135 de este texto sin dejar al pueblo hablar. Un orden económico, que al menos en el campo tributario según el artículo 31 CE no se cumple. Una igualdad y una progresividad que quedan desmentidas cuando el Gobierno de Rodríguez Zapatero modificó el Impuesto sobre el patrimonio de forma que hubiese una exención del 100% del impuesto [de ahí que fuera fácil recuperarlo]; o progresividad que también se pierde con las SICAV, igualdad que se ultraja a cada una de las amnistías fiscales que se han llevado; o cuando se indulta al Sr. D. Emilio Botín.
Del Orden Social se podría decir mucho; pero en resumidas cuentas, a cada reforma laboral [Felipe González creó las ETT en 1994, Mariano Rajoy hizo desaparecer los ERE en 2012, de forma que pasaron a ser despidos colectivos en los que la autoridad laboral está atada de pies y manos].

El artículo 35 también se puede traer aquí a colación. Los españoles (¡y españolas!) tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo; a la promoción en el trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia. Con un sector industrial que no ha parado en su destrucción desde 1985. Con un paro nacional superior al 25% y sin una perspectiva a corto o medio plazo de reducirse, con un SMI de 641,80€ -una miseria comparado con los países de la UE, con los que queremos competir en precios- y unas condiciones de trabajo cada vez más precarias. Aquí no hay orden social ninguno.)

Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.
(Estado de derechas más bien. El imperio de la ley cada día se cuestiona más, máxime si el actual gobierno, por ideología o por obstrucción mental ha de cambiar las reglas del juego de la legalidad si se da de bruces ante un obstáculo que les impida aplicar sus contrarreformas.
Voluntad popular a la que se hace oídos sordos cuando se pide una reforma en la LEC y en la Ley Hipotecaria que permita la dación en pago para evitar que sobre las familias se proceda a una ejecución hipotecaria que les haga perder la casa y con la que encima sigan debiendo dinero al banco).

Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.

Del ejercicio de los derechos humanos, que también se recogen en la carta magna, yo sólo puedo decir que échenles un vistazo y preparen un pañuelo para llorar. Del ejercicio del acceso a la cultura habría que hacer precisamente una reflexión bastante profunda en dos flancos: 1º, el coste del acceso a la cultura (el no haber un tipo reducido en el IVA para productos culturales) y 2º, el trato que recibe: un producto más con el comercial, y no algo de un cierto trasfondo espiritual. El ejercicio de libertad religiosa -que también es libertad para no ejercer ninguna- tras 32 años desde la Ley de libertad religiosa debería ser ésta revisada, así como los acuerdos con las confesiones religiosas.

Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.

Más que progreso de la cultura, es un regreso. Lo más lamentable es que esta regresión cultural es consecuencia de políticas ideológicas. Y me refiero a la última ley de educación, la LOMCE, que da un trato a las lenguas autonómicas bastante secundario. Ya se perdió el extremeño, y hay dialectos que necesitan una protección especial para no caer en el saco de las herrumbres de la historia. Las lenguas también. Porque, si según el art. 3.1 CE, el castellano es la lengua española oficial de Estado, y todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla, analógicamente se tendría que extender al 3.2, cuando dice que las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos. Más claro lo deja el apartado 3º de ese artículo al decir que la riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.

El progreso de la economía se antoja bastante oscuro. Felipe González ya se encargó en los años '90 de iniciar una fiebre liberalizadora, malvendiendo las empresas estatales que generaban beneficios -las que generan pérdidas nadie las quiere, es normal-. Los señores Aznar, Zapatero y Rajoy siguieron la estela abierta, ya fuera de motu proprio o cumpliendo directivas de la UE.


Establecer una sociedad democrática avanzada, y […]

Una sociedad democrática avanzada es algo que no interesa. Interesa una sociedad desinformada y fácil de manipular. Una sociedad receptora de una información que sea capaz de asumirla sin haberla cuestionado. ¡Si salimos a la calle a pedir más democracia y afeamos la marca España! Será la marca que deja el antidisturbio en el lomo del manifestante a la que se refieren. Somos peligrosos los ciudadanos. Somos el enemigo. Y el código penal dejará constancia de ello tipificando la resistencia pacífica. [Excursus: recuerdo que el hecho de manifestarse puede suponer incluso la pérdida de la funcionalidad de un miembro. Una mujer de 42 años recientemente perdió la visión en un ojo por el impacto de una pelota de goma].

Estamos cruzando una línea a partir de la cual lo difícil será tener aún menos democracia que ahora.


Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.

No parece que hayamos sido un país ejemplar en lo que a la contribución a la paz mundial se refiere: empezando por las bases americanas en territorio español y terminando por la venta de armamento. Qué se puede añadir de la venta de armamento cuando uno de sus máximos representantes es hoy Ministro de Defensa...

- - -

Esto ha sido un paso ligero por el preámbulo. Apenas hemos llegado a abrir el texto constitucional y lo hemos desmenuzado. Esta pequeña incursión es como meter el pie en la piscina en lugar de zambullirse de lleno. Quedan cosas sin tocar, como la Corona (ya hablaremos para el 14 de abril del asunto), la lejanía aún de la igualdad efectiva, de los derechos de los extranjeros, de la efectividad o no del derecho de reunión pacífica, el derecho a la protección de la salud, de la utilidad del senado, del modelo de Estado, y de la innecesariedad de la extrema rigidez constitucional. Todos estos temas serán tocados más pronto que tarde.

Hay que ir hacia un nuevo pacto constituyente. Esta Constitución es hoy día, gracias a PP y PSOE, un conjunto de papeles emborronados de tinta ya reseca. El PP y un grupo más que nutrido del PSOE se llena hoy la boca con esta Constitución mancillada. Los ciudadanos que nos negamos a comulgar con estas ruedas de molino, hemos de alzar la voz.



Salud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario